Contador de Visitas

martes, 6 de diciembre de 2011

Cuarta parte "La histórica imagen de la Inmaculada concepción de Ciudad Vieja Sacatepéquez"

Paralelamente, las imágenes de la Virgen de Concepción son múltiples y de talla de singular belleza, y casi todas ellas "salen a ver a su pueblo", a "ahuyentar a los malos". Las imágenes que en andas sencillas recorren barrios y callejones en estos días de Concepción tienen larga historia y no menor tradición. He aquí, las más importantes Concepciones de la Nueva Guatemala de la Asunción.

La Inmaculada Concepción de San Francisco

Habiendo sido electo proministro de la seráfica orden en la Provincia de Guatemala el Padre Fray Antonio Tineo, viajó a España en enero de 1598, con el objeto de solicitar al rey un incremento de religiosos franciscanos la inmaculada imagen de Nuestra Señora de la Limpia Concepción que se venera en la capilla titular de este ministerio, en nuestra iglesia de Guatemala (...)"; dos órganos, uno para San Francisco y otro para Almolonga; dos imágenes de San Francisco, una para el retablo mayor y otra para las procesiones; un San Juan Bautista para titular de Comalapa y otro para Alotenango; y una imagen de Santiago para titular de Atitlán.

Podemos situar, pues, la hechura de la imagen de la Inmaculada Concepción de San Francisco entre 1598 y 1599. Podemos afirmar, asimismo, que la imagen fue hecha por alguno de los más famosos escultores sevillanos de la época, como adelante se dirá, pues a una de las más florecientes provincias franciscanas del Nuevo Mundo no se traería cualquier cosa, y menos, si la imagen estaba destinada originalmente al primogénito convento de Almolonga.

La historia es como sigue: cuando el fraile Diego de Cubilas fue electo guardián del convento de Almolonga, se dedicó al enriquecimiento y grandeza del templo y convento, ya que estaban dedicados a la purísima Concepción, de la cual era gran devoto. Antonio Tineo, que llevase orden para que a costa de los bienhechores que solicitó Fray Diego de Cubillas, hiciese que en España se esculpiese y entallase una imagen de Nuestra Señora de la mayor perfección y primo

A pesar de las transformaciones sufridas, guarda aún parecido con su hermana la Virgen de Concepción, patrona de Ciudad Vieja. Los rasgos fisonómicos, la posición misma del cuello y las manos, y en fin, la actitud general que expresa la escultura, hace pensar en un mismo escultor, aunque la de Ciudad Vieja conserve gran parte del cuerpo tallado y la de San Francisco haya crecido hasta una proporción de nueve cabezas. Esta extraordinaria imagen ha sabido arrastrar multitudes durante siglos. Su rezado del 8 de diciembre, constituye uno de los más fieles símbolos de la fe y el entusiasmo el pueblo de Guatemala.r que pudiera conseguirse".

La Chapetona

"Fue así, y trajo nuestro P. Tineo una bien peregrina, cuya hermosura robó tanto los afectos de los religiosos graves de este convento de Guatemala (así como de los caballeros oficiales de la cofradía y capilla de la Concepción), que llegada a él, y a tiempo que con mucho calor se fomentaba la cofradía de la Limpia Concepción, y adorno de su hermosa capilla, fue aprisionada la riquísima joya de la imagen, (...) quedando en la capilla de la Concepción de este convento la efigie de Ntra. Señora con universal consuelo de esta ciudad"

"Al abrir el cajón, cantósele la salve, más con sollozos de devoción que con armónicas voces, y puesta con copia de luces sobre el altar. El referir la celebridad de la llegada de la santa imagen a su casa, los numerosos concursos de aquellos días, novenario solemnísimo, sermones y fiestas de las más plausibles que se han visto por acá, con que fue colocada en su trono la hermosísima, y colendísima imagen de la Purísima Concepción de Nuestra Señora que con título de Chapetona se (venera) en el insigne retablo de la iglesia de Almolonga"

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tercera Parte "El canto de La Salve dedicado a la Inmaculada Concepción de María en Ciudad Vieja"

Sin duda alguna para los habitantes de Ciudad Vieja Sacatepéquez el canto conocido como La Salve, es uno de los más significativos y expresivos para los habitantes de este pueblo, es un canto llenos de amor y ternura sobre todo cuando se canta contemplando la imagen de La Inmaculada Concepción María, conocida como La Chapetona, tal es el caso de los protagonistas de los diferentes bailes folclóricos que por tradición se presentan todos los años el 15 de agosto a entonar a una sola voz el canto de La Salve frente a la imagen de la Concepción que guarda con recelo la Catedral conocida como la Purísima Concepción.
La Salve es una de las más populares y conocidas oraciones católicas a María la madre de Jesús. Inicialmente una antífona mayor e himno. Es una de las cuatro antífonas del Breviario dedicadas a Virgen (las otras tres son Alma Redemptoris Mater, Ave Regina Coelorum y Regina Coeli).
Los cistercienses, los dominicos y los franciscanos promovieron su uso en diversas circunstancias (en especial en la liturgia de las horas). En 1250 Gregorio IX la aprobó y prescribió que se cantara al final del rezo de las Completas. Los monjes la cantaban antes de dormir y los monjes de la orden de Predicadores la cantaban en procesión con velas encendidas.
Aunque la Salve principalmente es una oración dedicada a la Virgen María (en latín Salve Regina), la gran variedad de representaciones de la Virgen y la devoción existente en cada lugar donde se venera ha generado la creación de una "Salve" particular según la advocación del lugar.

Texto en Latín:
Salve, Regina, mater misericordiae
Vita, dulcedo, et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules, filii Hevae.
Ad te suspiramus, gementes et flentes
in hac lacrimarum valle.
Eia ergo, Advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos
ad nos converte.
Et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post hoc exsilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.
Ora pro nobis sancta Dei Genetrix.
Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

Texto en español:
Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia,
Vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te Salve.
A ti clamamos los desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea pues Señora Abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos Misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús
Fruto Bendito de tu Vientre.
Oh Clemente, Oh Piadosa, Oh Dulce Virgen María.

Ruega por nosotros Santa María Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
y Gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Segunda Parte "El dogma de la Inmaculada Concepción de María"

El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es un dogma de fe del catolicismo que sostiene la creencia en que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, es decir, de su ser personal, estuvo libre de todo pecado. No debe confundirse esta doctrina con la de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del embarazo.

Al desarrollar la doctrina de la Inmaculada Concepción, la Iglesia Católica contempla la posición especial de María por ser madre de Jesús de Nazaret y sostiene que Dios preservó a María libre de todo pecado y, aún más, libre de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, que es también Dios. La doctrina reafirma con la expresión "llena eres de gracia" (Gratia Plena) contenida en el Saludo del Ángel (Lc. 1,28) y en la oración del Ave María este aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.

El historiador y catedrático francés Louis Baunard narra lo siguiente: Pío IX contemplando el mar agitado de Gaeta escuchó y meditó las palabras del Cardenal Luigi Lambruschini: 'Beatísimo Padre, Usted no podrá curar el mundo sino con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. Sólo esta definición dogmática podrá restablecer el sentido de las verdades cristianas y retraer las inteligencias de las sendas del naturalismo en las que se pierden'.

El historiador Francesco Guglieta, experto en la vida de Pío IX, señala que el tema del naturalismo, que despreciaba toda verdad sobrenatural, podría considerarse como la cuestión de fondo que impulsó al Papa a la proclamación del dogma: La afirmación de la Concepción Inmaculada de la Virgen ponía sólidas bases para afirmar y consolidar la certeza de la primacía de la gracia y de la obra de la Providencia en la vida de los hombres.

Pese a su entusiasmo, el Pontífice quería conocer la opinión y parecer de todos los Obispos, pero al mismo tiempo le parecía imposible reunir un Concilio para la consulta. La Providencia le salió al paso con la solución. Una solución sencilla, pero eficaz y definitiva. San Leonardo de Porto Maurizio había escrito una carta al Papa Benedicto XIV, insinuándole que podía conocerse la opinión del episcopado consultándolo por correspondencia epistolar... La carta de San Leonardo fue descubierta en las circunstancias en que Pío IX trataba de solucionar el problema. Al poco tiempo conoció el parecer de toda la jerarquía. Por cierto que un obispo de Hispanoamérica pudo responderle:

«Los americanos, con la fe católica, hemos recibido la creencia en la preservación de María». Hermosa alabanza a la acción y celo de nuestra Patria.

El Papa Pío IX, de feliz memoria, se decidió a dar el último paso para la suprema exaltación de la Virgen, definiendo el dogma de su Concepción Inmaculada. A pesar de las tristísimas circunstancias por las que atravesaba la Iglesia, en un día de gran abatimiento, el Pontífice decía al Cardenal Lambruschini: «No le encuentro solución humana a esta situación». Y el Cardenal le respondió: «Pues busquemos una solución divina. Defina S. S. el dogma de la Inmaculada Concepción».

Y el día 8 de diciembre de 1854, rodeado de la solemne corona de 92 Obispos, 54 Arzobispos, 43 Cardenales y de una multitud ingentísima de pueblo, definía como dogma de fe el gran privilegio de la Virgen:

Definición dogmática

La definición contenida en la bula Ineffabilis Deus, de 8 de diciembre de 1854, es tomado literal lo siguiente:

...Para honra de la Santísima Trinidad, para la alegría de la Iglesia católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles. Por lo cual, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osaren manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho.

Pío IX, bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de (1854)

Estas palabras, al parecer tan sencillas y simples, están seleccionadas una por una y tienen resonancia de siglos. Son eco, autorizado y definitivo, de la voz solista que cantaba el común sentir de la Iglesia entre el fragor de las disputas de los teólogos de la Edad Media.

Martín Lutero, dijo:

Es dulce y piadoso creer que la infusión del alma de María se efectuó sin pecado original, de modo que en la mismísima infusión de su alma ella fue también purificada del pecado original y adornada con los dones de Dios, recibiendo un alma pura infundida por Dios; de modo que, desde el primer momento que ella comenzó a vivir fue libre de todo pecado.

Sermón: "Sobre el día de la Concepción de la Madre de Dios", 1527.

Dogma es una proposición que se asienta por firme y cierta y como principio innegable, que no admite réplicas. Ofrece los fundamentos y puntos capitales de un sistema, doctrina, religión o ciencia. En el caso del cristianismo, el dogma es una doctrina de Dios revelada por Jesucristo a los hombres y testificada por la Iglesia.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Primera parte "El inicio de una gran devoción a la Inmaculada Concepción"

Desde siempre, España, tierra de María Santísima ha sido la nación defensora del Dogma de la Inmaculada Concepción.

La historia nos cuenta que santos, reyes, teólogos, artistas, literatos, ejércitos y pueblo creen y defienden el misterio de la Inmaculada Concepción de María. El rey visigodo Ervigio (Reinado año 680 al 687) declaró su fiesta como ley de Estado y el rey Fernando III, el Santo, llevaba pintada su imagen en su estandarte. Los reyes, Jaime I, el Conquistador, y Juan I de Aragón ordenaron se celebrase su fiesta en todos sus Reinos. Los Reyes Católicos enviaron nueve embajadas a Roma rogando al Papa definiese la Concepción Inmaculada de María como dogma de fe católica.

Junto a ellos, los obispos de las diócesis españolas y los teólogos de las viejas universidades de Salamanca, Alcalá de Henares, Granada, Zaragoza, Valladolid y Valencia defendieron y festejaron la Concepción Inmaculada de María como dogma de fe cristiana.

En muchísimos lugares de nuestra geografía se hacía voto a la Inmaculada, siendo el más antiguo documentado el del pueblo de Villalpando y comarca (Zamora, España ), el 1 de noviembre de 1466, en la iglesia de San Nicolás.

Patrona de España, proclamación nacional. España celebra a la Inmaculada como patrona y protectora desde 1644, siendo el 8 de diciembre fiesta de carácter nacional.

Durante la celebración de dicha festividad, los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir casulla azul. Este privilegio fue otorgado por la Santa Sede en 1864, como agradecimiento a la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción que hizo España.

La fiesta de la Inmaculada fue fiesta de guardar en todos los reinos de su Majestad Católica, es decir, en todo el Imperio español, desde 1644; se declaró fiesta de guardar en toda la Iglesia desde 1708 por orden del papa Clemente XI.

La Inmaculada fue proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII, mediante la bula “Quantum Ornamenti”, de fecha 25 de diciembre de 1760. Se lo había solicitado el rey Carlos III accediendo a los deseos manifestados por las Cortes, como otros reyes españoles habían hecho repetidamente.

Así mismo el 8 de noviembre de 1760, el papa Clemente XIII confirma y manda que todo el clero celebre esta fiesta con el rito doble de primera clase y octava y concede indulgencia plenaria a los fieles que, debidamente dispuestos, visiten aquel día cualquier templo dedicado a Dios en honor de su Santísima Madre.
Finalmente, con otro Breve autoriza Clemente XIII para que en la Letanía lauretana, después de decir "Mater intemerata", (madre sin defecto) se añada "Mater inmaculata" (madre inmaculada).

Más tarde el Romano Pontífice Gregorio XVI, a instancias del Cardenal Arzobispo de Sevilla, concedió que en la misma Letanía se diga "Regina sine labe original concepta". (Reina concebida sin pecado original)

Y un dato interesante es que España no tiene más patronos que la Inmaculada Concepción y Santiago Apóstol.

De esta manera llega a nuestras tierras Guatemaltecas la devoción a la Inmaculada Concepción de María, sin duda alguna el legado que dejaron nuestros antepasados es de gran relevancia para los devotos de esta imagen conocida por los Shigualos como la Chapetona.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Los entierros en tiempo de la Colonia

Durante la colonia se acostumbraba que las exequias de los pobres fueran administradas por un sacerdote, un sacristán y dos acólitos. En la ceremonia se utilizaba la cruz baja de madera, llamada así por ser considerada cómo de segunda categoría. Tenía derecho a una misa cantada y a una vigilia durante el primer día de su muerte, lo que hoy se conoce como Velorio o Velatorio. En cuanto a los cobros, éstos variaban y por eso recibían limosnas que los familiares del difunto quisieran dejar.
Mientras que las exequias de los españoles y criollos se hacían con mayor pompa: un sacerdote, dos acólitos, cinco sacristanes y el tradicional doble de campanas con exposición solemne del Santísimo Sacramento, la misa cantada y la provisión de la cera que se utilizaba durante el velorio.

Generalmente quien pagaba más por los servicios tenía acceso a prestaciones de mayor lujo en
las pompas fúnebres. Sus partidas de defunción se anotaban en libros especiales, indicando el nombre, la procedencia, la edad, profesión, estado civil y causa de la muerte. Mientras que en los templos catedrales, tal es el caso de la Catedral de la Purísima Concepción de María de Ciudad Vieja, tenían la obligación de vigilar escrupulosamente las inhumaciones (Inhumación proviene del lat. «in» (en) y «humus» (tierra). «Acción de enterrar un cadáver». En consecuencia, cualquier otro destino que se dé a los cadáveres (sepulcro, nicho o cremación) no entrará dentro del concepto estricto de inhumación.
http://es.wikipedia.org/wiki/Inhumación
Por eso cada vez que alguien moría, se avisaba inmediatamente a la parroquia de origen. De lo
contrario, se castigaba a los deudos con la pena de excomunión. Incluso, cuando había un difunto en algún rancho o estancia dentro de la jurisdicción parroquial, el teniente de cura o su vicario debían acudir a los responsos (Responso: se suele aplicar a las oraciones dedicadas a los difuntos. Ello se debe a que, tradicionalmente, adoptaban esta forma)
http://es.wikipedia.org/wiki/Responso

Cuando la persona se encontraba en el lecho de muerte, hacía su testamento, en el cual solicitaba su inhumación en el templo, con misa de cuerpo presente y su novenario de rosarios, ya fueran cantados o rezados según en caso. Se le llevaba el sacramento de extremaunción al enfermo, consistente en una pequeña confesión de sus pecados, donde pedía perdón por los pecados cometidos a lo largo de su existencia, luego hacía su auto de profesión de fe, reconociendo el misterio de la santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), su deseo de morir como buen católico cristiano y pedía que la Virgen María, bajo cualquiera de sus advocaciones, fuera su abogada.
La misa se debía ofrendar con pan, vino y cera. Regularmente el cadáver del varón era mortajado con el hábito de San Francisco de Asís mientras que el de la mujer con un hábito religioso con tendencias marianas. Y a los niños los vestían de ángeles, hábitos y coronados. Embalsamaban al cadáver llenándolo con aromas para impedir los malos olores durante el velorio. La velación del cadáver se hacía sobre una mesa de madera y le ponían un crucifijo en las manos.
En el rito de inhumación intervenían las posas, que son el clamor de las campanas por los difuntos, mientras que los deudos hacían responsos en honor a las ánimas del purgatorio y por el alma del difunto. Para los entierros, la nave estaba dividida en secciones en donde se cobraba de más si la inhumación se realizaba cerca del presbiterio.
Lamentablemente éste tipo de cortejos fúnebres provocaba serias competencias entre los feligreses, quienes se peleaban para ver quién sepultaba a sus difuntos con mayor pompa. Por eso la Arquidiócesis de México, solicitó que en todos los templos de la Nueva España, se evitara el abuso de vestir a los cuerpos de los infantes con trajes de clérigos, obispos, religiosos, cardenales y hasta de ángeles con sus respectivas alas.
Para luego llevarlos a visitar a las casas de sus parientes y padrinos, por lo que la Curia Arzobispal, hacía hincapié de que fueran vestidos de acuerdo a las edades y solamente con coronas y flores. También pedían que cada párvulo debiera ser enterrado en lugares sagrados siguiendo los ritos de la Santa Iglesia, sin importar que tuvieran dinero o no sus familiares, ya que era frecuente que muchos cuerpecitos aparecían en las bancas, en las mesas o en los rincones desocupados de los templos, por no tener los deudos con qué pagar los oficios litúrgicos.
De tal forma que prohibieron los velorios secretos, por lo que los fieles tenían la obligación de acudir a los templos parroquiales, para dar razón de la muerte y de hacer la partida correspondiente, ya que cuando alguien se suicidaba, no se le permitían los oficios litúrgicos ni la cristiana sepultura. Por eso se pidió que cada vez que muriera una persona, se tañeran las campanas en señal de duelo y para avisar la partida del difunto.

jueves, 6 de octubre de 2011

Como llegó el término Jicaque a Ciudad Vieja

Hace ya algunos años, el día 07 de diciembre en el convite de Ciudad Vieja Sacatepéquez, era muy común ver varios carros conocidos hoy en día como Carrosas, adornados con papel de china, nylon, flores etc. Un sin número de niños sentados alrededor de la tarima de la carrosa vestían de traje típico, la característica principal de todos los participantes (hombres) era la cara pintada o manchada con alguna especie de colorante para marcar los bigotes y la barba. Eran muy populares ya que en su momento llamaban mucho la atención de los visitantes y de los mismos vecinos de este lugar. Eran los famosos Jicaques, sin duda alguna en la venida de los españoles a estas tierras venían acompañados de la tribu, los Tolupanes, conocidos como Jicaques provenientes de Honduras.

Los tolupanes opusieron resistencia durante la conquista de Honduras, lucharon para evitar ser privados de su libertad, su cacique en ese entonces era Cicumba, quien opuso resistencia a las fuerzas españolas dirigidas por Pedro de Alvarado en 1536 en la zona del río Ulúa y el valle de Sula. Luego de ser derrotada resistencia tolupana fue aprisionada junto al rey Cicumba, se les dejó morir por hambre. Las demás tribus restantes continuaron habitando sus poblados originarios.

En ese entonces eran cazadores-recolectores, cultivaban yuca amarga y, comerciaban maíz y el cactus que produce la cochinilla, utilizaban canoas monóxilas para transportar sus productos comerciales.

Desde el siglo XV hasta la actualidad han ocupado sus tierras originales en los departamentos de Olancho, Yoro y Atlántida. Hoy en día tienen una "reserva" en La Montaña de la Flor en Francisco Morazán.

En los documentos coloniales se usan la palabra 'jicaque' para gente indígena no bajo el dominio español, pero en su mayoría no son miembros de este grupo indígena, ni habladores de la lengua Tol. El término jicaque o Xicaque fue utilizado por los colonizadores para referirse a los diferentes grupos rebeldes de Tolupan, es un término despectivo pues en quiché significa ' caníbal, indio salvaje'.

Lenguas Tolupán

Los tolupanes hablan un conjunto de lenguas estrechamente emparentadas llamadas tol o jicaque, que juntas forman la familia jicaque-tol. Este conjunto de lenguas indígenas se hablan todavía dentro de la actual Honduras.

Estas lenguas jicaque-tol están emparentadas con las lenguas tequistlatecas habladas en el estado mexicano de Oaxaca formando la familia tequistlateco-jicaque. También se ha conjeturado muy especulativamente en este último grupo podría estar relacionado con las lenguas hokanas de norteamérica.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Cementerios Clandestinos en Ciudad Vieja Sacatepéquez

Un cementerio es un lugar en el cual se entierran cuerpos muertos y restos incinerados. El término cementerio (del griego: lugar para dormir) implica que el terreno está designado específicamente como terreno para enterrar. Los cementerios en la mayor parte del mundo son el lugar en donde las ceremonias finales de la muerte se observan. Estas ceremonias o ritos varían según la práctica cultural y creencia religiosa. Alrededor del siglo VII, el entierro europeo estaba bajo control de la iglesia y podía ocurrir solamente en el terreno consagrado de la iglesia debajo de las losas del piso y detrás de las paredes. En la mayoría de las culturas los que eran sumamente ricos, tenían profesiones importantes, eran parte de la nobleza o estaban de cualquier otro alto estatus social se enterraban generalmente en criptas individuales dentro o debajo del lugar relevante de la adoración con una indicación del nombre de los difuntos, la fecha de la muerte y otros datos biográficos. En Europa y España esto fue acompañado a menudo con una pintura del escudo de armas de la familia.

Para el caso del país de Guatemala, el concepto de cementerio tal y como se conoce hoy en día, fue introducido a partir de las primeras décadas del siglo XIX, a raíz de las epidemias que azotaron a los vecinos de la Nueva Guatemala de la Asunción y también por el crecimiento poblacional, iniciándose los primeros intentos por aislar del casco urbano, las áreas de enterramiento, más por razones de sanidad, pero a la vez ocasionó la secularización de estos espacios.

Dicho proyecto fue consolidado durante el gobierno liberal del Doctor Mariano Gálvez, a través de un acuerdo de la Asamblea Legislativa de fecha 12 de abril de 1831, sobre el establecimiento de un cementerio general en la Ciudad Capital, y con otro acuerdo de fecha 22 de agosto de 1834, al decretar la construcción de cementerios en toda la república.

En Ciudad Vieja, el 22 de octubre de 1,925 se construyo la portada del cementerio que se encuentra en la salida de este mismo lugar, esto nos indica que para esta fecha ya existía este cementerio.

Un dato interesante que llama mucho la atención es que en octubre de 1983 durante las excavaciones hechas por el Instituto de Fomento Municipal, para la introducción de drenajes a la población de San Miguel Escobar, se encontraron un gran número de entierros en torno a su Iglesia. Se tuvieron que detener tales excavaciones de inmediato y solicitar apoyo de la Policía Nacional y del Ejército de Guatemala para evitar que los vecinos continuaran destruyendo los entierros que continuamente aparecían, aunque finalmente solo se logró la recuperación de seis en condiciones aceptables de un total de 32 registrados. El estado de conservación de los restos era muy precario y la mayoría se trataba de entierros secundarios. Valencia, Miguel S.
1993 Santiago de Guatemala en Almolonga: Evidencias arqueológicas e históricas. En III Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1989 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán), pp.309-315. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Sin duda alguna en Ciudad Vieja y San Miguel Escobar, existían familias de Elite económica bastante alta que influían en las decisiones de los grandes jerarcas de la Iglesia Católica de aquel entonces, por esta razón cada uno de los integrantes de estas familias eran los privilegiados de ser enterrados al interior de la Iglesia o a sus alrededores.

En real cédula circular de 27 de marzo de 1789 se previno á los virreyes y capitanes generales de las colonias de España en América (incluyendo toda las parroquias de Guatemala) que informaran al rey sobre la construcción de cementerios fuera de poblado, y manifestaran si los fondos de las iglesias podrían sufragar los gastos consiguientes al número de establecimientos de esa índole que en cada población se necesitasen; y algunos años después de reiteró por medio de otra cédula, la prevención a los funcionarios dichos, y se recomendó el asunto a los arzobispos y obispos, a fin de que se hiciesen los cementerios fuera de las poblaciones, en obsequio del estado sanitario, que tanto sufría por los enterramientos dentro de las iglesias y en otros sitios contiguos a éstas.
Hay que advertir que desde que vino a Guatemala la segunda real cédula, que prevenía la mejora de que se trata, ordenó el capitán general que se ejecutase lo indicado en ella, y con tal objeto fue transcrita la orden a los intendentes de las provincias, a los alcaldes mayores y corregidores de los diversos partidos.
En el año de 1,989, durante la remodelación y demolición de muros antiguos en los jardines de la mansión perteneciente a Casa Alianza (conocido hoy como El Cortijo), los trabajadores encontraron restos óseos. El caso fue denunciado a las autoridades correspondientes y las osamentas fueron extraídas sin ningún tipo de control científico ni registro, exceptuando algunas fotografías tomadas por el Director de la institución. Las osamentas fueron enviadas al médico forense local, quien dictaminó que se trataba de osamentas humanas pertenecientes a varias personas, con una antigüedad mayor de 50 años.

Por no existir testigos y con el objetivo de aclarar si las osamentas fotografiadas eran realmente antiguas o si eran parte de un cementerio clandestino de época reciente, ex-laborantes de Casa Alianza promovieron una nueva diligencia de exhumación, siendo apoyados por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala y por la organización Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Guatemala (FAMDEGUA).

El EAFG inició la investigación antropológico forense el día 14 de marzo de 1,994, descubriendo 20 osamentas humanas con peculiaridades muy distintas a las encontradas en un cementerio clandestino típico y sin señales de violencia (EAFG 1994b). Un análisis cuidadoso de todos los rasgos arqueológicos del contexto llevó a la conclusión de que se trataba de un cementerio legal de época antigua, razón por la cual el caso fue remitido a las autoridades del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala y al Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala. Expertos de ambas instituciones dictaminaron que el hallazgo correspondía un cementerio antiguo cuya fecha y procedencia podrían ser determinados únicamente a través de un proyecto arqueológico, dado que el lugar ha sido ocupado ininterrumpidamente desde el siglo XVI (año 1,600); además recomendaron cubrir nuevamente todas las excavaciones con el fin de preservar las osamentas y rasgos arquitectónicos antiguos asociados mientras se instala un proyecto arqueológico.

La importancia de esta exhumación radica en que no es imposible ni extraño encontrar un cementerio clandestino en casi cualquier lugar en Guatemala y por ello siempre que se localicen osamentas humanas existe una fuerte posibilidad de que se trate de algunos de los miles de desaparecidos y siempre será necesario someterlas a un minucioso análisis. Este caso ilustra también la importancia de una cuidadosa excavación arqueológica, pues no fue necesario realizar la exhumación y análisis de las osamentas para determinar que no pertenecen a época reciente.



Se tiene información que en algunos lugares de Ciudad Vieja a la hora de realizar una construcción o una excavación aun se encuentran recipientes de barro al estilo de ollas o vasijas, conteniendo en su interior restos humanos como lo vemos en la siguiente ilustración.


De esta manera era como enterraban a sus muertos los primeros habitantes de estas tierras, los Kakchiqueles, pertenecientes a la ciudad de Iximché que era la capital de los Kakchiqueles, tal y como lo indica el párrafo siguiente.
A la llegada de los españoles a su territorio, en 1,524, los mayas del período clásico (alrededor del 800 d. C.) habían dejado de ser una civilización compleja y organizada. Sus descendientes se encontraban divididos en un buen número de señoríos y/o ciudades-estado como:

  • Utatlán o Q'umarkaj capital de los Ki'che',
  • Iximché, capital de los Kakchikeles,
  • Zaculeu o Saqulew, capital de los Mames,
  • Mixco Viejo, capital de los Pokomames,
  • Chuitinamit, capital de los Tz'utujil,